2012. Del cielo al Infierno.

                             

                            Del Cielo al Infierno

 

    Aquí pretendo dejaros mi experiencia de un 2012 que como bien dice el titulo he pasado del reino de los cielos a los más profundo de los infiernos, metafóricamente hablando.

 Sin duda las emociones que he podido vivir este año son un cúmulo de vivencias  que no  cambiaría por nada, a pesar del final de año tan  duro que estoy viviendo. Vaya por delante,  que sin duda la cantidad de amigos que he cosechado durante este año es lo mejor, con   diferencia.

   Para mi los inicios de temporada (enero) son muy ajetreados  debido al lío monumental  en el que me metí ya hace algunas  temporadas al crear las "Reuniones Invernal de Bikers de la Marina Baixa". Si a este mundillo de locura en el que estaba sumido añadimos que Alex Quiterio me confirmo que íbamos a participar en la Andalucia Bike Race formando parte de uno de los tres equipos de Red Ciclista, no os podéis imaginar como me encontraba.

     Desde prácticamente las Navidades, es un sin parar de reuniones, charlas, vuelta a las reuniones y sobretodo estar pegado al teléfono sin tregua, todo ello para que la reunión sea un éxito y no dejar nada al azar. De ello depende que todo salga perfecto.

    Luego la gente te responde con su asistencia y es una gran satisfacción personal que todo haya salido a pedir de boca.

       Encima en esta edición de la Reunión, Alex bajó con el contrato para que lo firmara y entrar a formar parte de este gran equipo. Desde aquí agradecer a todos vuestra asistencia, tanto en forma de participantes como de voluntarios, GRACIAS.

      Con la mirada puesta en la ABR y con la ayuda inestimable de Vicent Zaragoza (ia que veure que paciència té amb mi) entro en el mes más decisivo de todo el año a nivel deportivo. Como aperitivo y experiencia nueva me dispongo a disputar el Open de C.V. cuya primera prueba se disputaba en Chelva acompañado de Kiko Serrano, aquí os dejo la crónica de aquella carrera http://astoraka.blogspot.com.es/2012/02/un-dia-en-las-carreras.html.

      Y llego el día, 24/02/12 viernes con mi amigo Antoñico, que nos hizo de masajista toda la semana, partimos camino de Bailen para hacer noche en su casa, de paso conocer la ciudad y comer de lo lindo. El sábado a medio día ya estábamos en Córdoba y allí habíamos quedado con Alex, que bajaba de Madrid solo.

   Nos instalamos y por la tarde fuimos directamente al Hotel Ayre donde estaba toda la organización de la carrera, saludamos a compañeros de equipo y a muchos amigos allí presentes, pasamos la verificación de las bicis, documentación y dorsales y un sinfín de cosas que se precipitaban sin parar; todo ello incrustado en un ambiente espectacular y a la vez intrigante para un novato como yo. 

   Estar al lado de la élite, corredores de la Copa del Mundo incluidos campeones del mundo del MTB, charlar con ellos, comentar las expectativas que tenia cada uno de ellos y contar mil batallitas, era algo impagable; era como sentirse Gulliver en el país de los gigantes(Brobdingnag). Que nervios.
    Y llega el domingo, ya no hay vuelta atrás, iba a dar comienzo la semana más bella, trepidante, agotadora y enriquecedora que he tenido jamás en el mundo del deporte.
     Los días se suceden sin descanso, acumulado cansancio y dolor, cada mañana cuesta más levantarse pero todo, absolutamente todo se supera. Cada etapa es fascinante por el paisaje y su dureza, pero se vive hasta el ultimo sorbo, no se desperdicia absolutamente nada.

    Es entonces, donde por arte de magia, sin saber porque ni entender nada, aparece ese sentimiento interior que te une a tu  compañero de fatigas, dolor, penurias y éxtasis en cada etapa. Y cuando todo va tocando a su fin, porque la aventura se acaba, te inunda una sensación de satisfacción, que hay que vivirla, no se puede explicar el torbellino se emociones que agolpan en la mente.

     
     
    Y con la sensación del deber cumplido y sin descanso nos volvemos a casa porque ese mismo domingo empezaba el I circuito de Marxas de La Marina y la Safor, en mi pueblo La Vila. 

          Después de una semana dura de bicicleta, un viaje agotador de más 6 horas, el domingo, con la piernas entumecidas estoy en la linea de salida. Os podéis imaginar las sensaciones de cuerpo y piernas que llevaba, pero puede más ilusión por hacerlo bien y a mitad de la marcha empece a recuperar sensaciones y pude terminar dignamente en mi pueblo.

A partir de este momento los meses vuelan entre carrera y carrera, Marzo, Abril, Mayo, todo es una locura....Beniarbeg (por cierto, mi único podium este año) Ibi, Xalo, Lliber y hasta el momento aguantaba, el tercer puesto provisional de la general ayudaba a motivarme y en general los resultados iban saliendo (siempre en el top 10 de la categoria)

     

Pero todavía me quedaban nuevas experiencias por descubrir esta  temporada, que por muchas circunstancias  sera dificil de olvidar.

Alex Quiterio me propuso correr las Trek 12 Wild Wolf Series de   resistencia, la primera seria en Puerto Lumbreras,  haya por el mes de  Abril. Fueron doce horas intensas en las que el calor, el polvo y la dureza del recorrido pasaron factura al final. Las horas pasaban y entre relevo y relevo no te daba apenas  tiempo de comer y   descansar, lo  provoco unos  calambres  que me imposibilitaron  hacer el ultimo relevo a las  10 de la noche.

           

              

         Aparte de Alex en esta prueba nos acompañaba Iñaki Miravalles( que a la postre seria el campeón de España) e Isabel Perez.
          El siguiente gran reto fue la bomba, nada más y nada menos que la final de las 24Doce  WildWolfSeries by Trek en Moralzarzal (Madrid). Madre mía veinticuatro a relevos a cuatro corredores, para esta carrera formamos equipo Alex Quiterio, Angel Ferris, Rafa Mira y yo.
        Esta volvió a ser otra de esas experiencias que no se borraran jamás, sobre todo, por la sensación que supone correr de noche, ya que me toco hacer dos relevos, a cual de ellos más chulo. Nunca había estado tanto tiempo pendiente de una situación de carrera como en esta ocasión. 

     Que ambiente de puro ciclismo, carpas, tiendas, bicicletas, masajistas, cocineros, ayudantes, amigos, esposas, uuuffff que vorágine sensaciones. Aquí fue donde mi cuerpo dijo basta, había llegado al limite de mi capacidad física ya que después de diez meses de entreno sin parar, estaba muerto.

 Era hora de descansar el cuerpo, recuperar fuerzas, física y mentalmente; y en estos casos el verano ayuda mucho...sol, playa, amigos, no esta nada mal. Tocaba empezar de nuevo para afrontar el final de temporada que tenia planificado, para ello nada mejor que empezar con buenos amigos. Fin de semana si otro también había una escusa para salir en compañía, haciendo de fotógrafo, sacándote los ojos los fieras de los pros o simplemente disfrutando de una buena compañía.

       Después de varios contratiempos y carreras frustradas por culpa del calendario (os recuerdo que hay que trabajar,ja,ja,ja) ya tenia planificado el final de temporada, Monovar, Cazorla, Callosa y Castell de Castells, no estaba nada mal para poner colofon a una temporada increíble.

         Y un domingo 7 de octubre me dispongo a participar en la marcha de Monovar, sin más pretensión que la de volver a sentir las carreras por las venas y de paso preparar las piernas para el gran reto   que tenia marcado el "marathón de la Sierra de Cazorla".     Acompañado de mi fiel escudera, que no me abandona, ni a las duras ni a las maduras, ahí que me planto en la salida después de un buen calentamiento. Pero el destino me mandaba señales que no  entendía y es que estando ya en la salida me doy cuenta que no llevaba el chip, dejo la bici en la salida, salto la valla y voy en busca de mi mujer para coger la llaves del coche ponerme el chip y a la velocidad de una centella volver a la salida(primer aviso). Sofocado por el calentón y aun asfixiado, se da la salida, esto marcha, me pasan por la derecha y por la izquierda he intento no perder comba van pasando los primeros kilómetros y de repente la rueda trasera se afloja (con los nervios no había quedado flojo el cierre) paro centro la rueda, aprieto y salgo zumbando(segundo aviso). 

 Me han pasado hasta las tortugas, pero yo sigo, no he venido hasta aquí para darme la vuelta en el kilómetro 3 pensaba y mientras pensaba daba pedales y pasaba a gente y más gente, claro era de los últimos. 

 Pasado la la mitad de la marcha sobre el km 30 y después de una subida dura, técnica, infernal, intransitable por la cantidad de corredores que había, con tramos a pie, coroné la subida. 

 A continuación una bajada ancha por una pista buena, pero con gravilla, la bajada es rápida muy rápida, voy pasando gente y en algún sitio me llevo algún sobresalto.

De repente a la salida de una curva, la bici empieza a derrapar, se va cruzando poco a poco, intento controlarla pero ella sigue su inercia.

 Temiendo salirme   de la pista o salir disparado de la bici saco el pie y haciendo una fuerza tremenda en la pierna de apoyo voy consiguiendo controlar la bici dentro de la pista.

       De repente todo se vuelve negro, como si estuviese en una moviola a cámara lenta, un crack y un dolor inmenso, un grito que no cesa, estoy en el suelo sujetando la pierna.......es el mismísimo  INFIERNO.

      Se acabo la temporada y la bici.

      Y lo que viene a continuación, eso............eso es otra historia.

P.D. desde aquí quiero agradecer a todos vosotros las llamadas y mensajes de apoyo. GRACIAS