Antonio
Llinares
Llevo 50
años viéndolas. Hubo un tiempo, ya lejano, en el que crecían. Se estiraban.
Cada vez que las miraba, eran un poco más largas. Luego, con el tiempo, no sólo
estiraban, sino que iba tomando forma. Pedalada a pedalada, los músculos se
iban definiendo. Con el tiempo, sin embargo, se llenaron de curvas. De baches.
De marcas que, dicen algunos, nunca deberían de haber estado ahí, pero que me
han convertido en la persona que soy ahora. Mis piernas, esas que veo cada día
desde hace 50 años, en poco se parecen a las de aquel niño que corría por las
playas de La Vila Joiosa. Las cicatrices, esas marcas que te hunden y te forjan
el carácter, están ahí para recordarme que la bicicleta, esa herramienta que te
la descubre por primera vez, al igual que la libertad, te hace pagar un precio
por su compañía. Nada en la vida viene regalado y las lecciones que se aprenden
vestido de corto y dando pedales, menos todavía.
Todavía
recuerdo la primera vez que el hilo y la aguja tatuaron para siempre mis
piernas. Fue en el 82. El año de Naranjito y todo eso. Ya saben. XXXXXXXXX me rompí el
menisco y el ligamento lateral izquierdo. Cosas de juventud. A esa edad uno se
piensa que puede con todo y la bicicleta te da el primer aviso. Pero, esto es
ciclismo, chaval y lo que hay que hacer es levantarse después de cada caída. No
aprendí la lección y poco después llegó la primera lesión seria. Catorce meses
convaleciente por una triada en esa misma rodilla. Una muesca más en la piel.
Un aviso más en la mente.
Los
ciclistas somos así. Obstinados. Cabezones. En ocasiones, quizá, insensatos,
pero lo que más nos caracteriza es esa capacidad innata de olvidar los miedos
en cuanto el aire nos roza la cara en un descenso. En cuanto sentimos el
pinchazo seco del ácido láctico llamando a las piernas en las subidas. La
adrenalina de un sprint. Todo eso ayuda a olvidar y la bicicleta, claro
finalmente, nos hace recordar. Era diciembre del 95 y Abraham Olano acababa de
ganar el primer Mundial para España. Miguel Indurain le había anotado su quinto
Tour. El ciclismo estaba de moda y yo disfrutaba de él como un juvenil.
Preparando una nueva temporada sobre mis esquíes, una mala caída en Andorra me
llevó de nuevo al quirófano. Misma lesión. Triada. Pero esta vez, fue la
rodilla derecha la que me dejó trece meses varado. Dos operaciones. Más marcas
en las piernas.
Con los años
todo se olvida. O casi. Indurain no volvió a ganar el Tour y Olano se retiró.
Pasamos los años más negros de nuestro deporte. Ya nadie quería correr en
bici. Volvimos a ser los de siempre, pero seguíamos disfrutando de cada
kilómetro. De cada pedalada. Llegó Freire. Y Flecha. Y Contador. Los veíamos
por la televisión y les imitábamos en los interminables entrenamientos y las
disputadísimas carreras. Pasaban los años y nos metimos de lleno en el siglo
XXI. Y España ganó la Eurocopa y el Mundial. Y otra vez la Eurocopa. Y nosotros
a lo nuestro. A sufrir subiendo y olvidar el miedo bajando. A veces, pisando
algún podio. Otras, incluso, ganando.
(12/01/2015)
El 2012
empieza corriendo para Red Ciclista y nos vamos a la Andalucía Bike Race (una
experiencia inolvidable junto a mi compañero Alex Quitero). Después vendrían
sin descanso pruebas del Open de CV, de los circuitos de Marcha de la Marina y
Montañas Alicantinas (con algún podium) pruebas de resistencia como la Treck 12
de Puerto Lumbreras o la 24Doce de Moralzarzal. Y entre carrera y carrera llego
a Octubre, en Monóvar en la última prueba del Circuito Alicantinas me rompo el fémur izquierdo de una forma
muy fea (fractura longitudinal y en espiral, literalmente lo retorcí) tras la
operación me implantan una placa y 19 tornillos. Tres meses sin apoyar el pie
en el suelo, 14 meses de rehabilitación, una segunda operación para quitarme la
placa con los tornillos y el 8 de Enero de 2013 recibido el alta.
Todo el 2013 se puede resumir em kms, kms, kms y más kms. Sin apenas
musculatura en mi pierna empiezo con salidas 10 kms y poco a poco he cubierto
10.000kms en el 2013. Con espíritu de superación y sacrificio se consigue de
todo.
Y ahora en 2014 el primer reto la Costa Blanca Bike Race.
P.D. Las cicatrices de mis piernas acreditan lo que han sufrido.
(Gracias Van Looy)
Y ahora en 2014 el primer reto la Costa Blanca Bike Race.
P.D. Las cicatrices de mis piernas acreditan lo que han sufrido.
(Gracias Van Looy)
Antonio eres todo un ejemplo eres de admirar
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